miércoles, 13 de febrero de 2013

Los de ciencias

Buenas tardes. Soy un alumno de ciencias sociales de primero de bachillerato del colegio Retamar, y hoy me propongo analizar el desprecio que profesan los alumnos de ciencias hacia nosotros, los de letras. Obviamente, los de ciencias tienen envidia de nosotros, porque nosotros tenemos menos asignaturas y más fáciles. Además, ellos tienen asignaturas aburridas que no sirven para nada, como la física, no como nosotros que tenemos asignaturas mucho más interesantes como historia o gestión medioambiental, que además son mucho más útiles. Por otro lado, los de ciencias son idiotas, ya que se están matando a trabajar (no como nosotros, que ya curraremos en la carrera) y todos ellos acabarán o estudiando lo mismo que nosotros o trabajando para nosotros.

Está claro, el listo va a letras y el pringado a ciencias.

Jaime A.

martes, 12 de febrero de 2013

Fútbol Hooligans

El fútbol es un fenómeno social imparable, capaz de unir a  gente totalmente distinta y de enfrentar a amigos por el mero hecho de pertenecer a equipos rivales. Hoy en día, el fútbol se ha convertido en una religión con millones de fanáticos en todo el mundo que viven por y para su equipo, dirigiendo todos sus pensamientos  a él ( hay una frase que resume esto muy bien muy citada por algunos futboleros de mi clase que dice: "La vida es fútbol, el resto son sólo detalles"). En varias ocasiones me he preguntado el por qué de este fenómeno, y hoy voy a intentar contestarlo con la ayuda de un artículo de Wikipedia.

Existe una pirámide, llamada la pirámide de Maslow que intenta clasificar las necesidades del ser humano. Cual fue mi sorpresa al ver que prácticamente después de satisfacer sus necesidades más básicas (comer, beber y demás) lo siguiente que busca el ser humano es cubrir sus necesidades sociales, entre las que destacan el hecho de formar parte de un grupo y de sentirse aceptado socialmente. Esto encaja totalmente con los futboleros: Son un gran grupo con aficiones e intereses en común (fútbol) y que gozan de gran reconocimiento social. La gente necesita sentirse parte de un grupo, y el fútbol sacia totalmente esa necesidad.No hay más que ver el ambiente en la clase de los lunes por la mañana, qie se divide en la gente que comenta los partidos del finde y los que no. Además, también sirve pera hacer amigos. No necesitas saber nada de la otra persona, pero con tan solo un comentario sobre la actuación del arbitro en el partido de ayer (generalmente despectiva) ya tienes tema de conversación asegurado.

Jaime A.

domingo, 10 de febrero de 2013

Una lástima

Según varias asociaciones, los españoles vemos de media 4 horas diarias de televisión. Desgraciadamente, nos estamos cargando la cultura, ya que la gran mayoría de la gente prefiere gastar su tiempo libre viendo telebasura a leerse un libro, o ir a un museo , por ejemplo. Vivimos en una sociedad donde los protagonistas de series como Gandía Shore triunfan y son las figuras de referencia de los jóvenes de hoy en día; todos quieren ser como ellos. En nuestra sociedad se alienta a la gente a irse de botellón, pero cuidado como te pillen leyéndote un libro, porque en seguida te tachan de "bicho raro" o de antisocial. Además, los programas de televisión más  vistos reflejan claramente el nivel cultural de la sociedad (como sálvame y sucedáneos, que suelen acumular el 20% del share). No sé si alguno de vosotros lo sabíais, pero el cuarto museo más visitado de Madrid es el Bernabeu, que sigue de cerca a otros  como el Reina Sofía o el Prado (y nos salvan los turistas de países del norte, que si no podría ser el primero).



Como bien se ilustra en esta viñeta de Mafalda, vivimos en una sociedad donde la cultura pasa a ser algo innecesario y poco útil, y dónde se valora más a una persona bien vestida o con un buen coche que a una persona culta.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Las apariencias engañan


 
Lo primero en lo que me fijé nada más ojear el libro del principito son los dibujitos que hay en casi todas las páginas del libro (y la portada). Sumando esto al hecho de que tiene unas 35 páginas, el libro me dió toda  la impresión de ser un libro para niños pequeños. Nada má empezar a léermelo descubrí lo equivocado que estaba, ya que de hecho ha resultado ser uno de los libros más profundos que jamás me he leído. Reflexionando sobre como (inconscientemente) desprecié el libro antes de léermelo y la impresión que tengo después de haberlo leído me he dado cuenta de que esto mismo que haciéndolo con un libro parece insignificante es algo que hacemos a diario con personas de nuestro entorno. Resulta mucho más fácil juzgar a una persona sin conocerla solo por lo que has oído de ella que por lo que realmente es. Es así como tenemos inconscientemente, a todas las personas que nos rodean "etiquetadas", ya sea por su apariencia física, sus notas o su forma de vestir. Como bien dice el refranero español: "No juzgues a un libro por su portada", ya que en la mayoría de las veces te equivocarás. Esto puede aplicarse tan bien a un libro como a una persona.
Jaime A.

martes, 5 de febrero de 2013

Cree en ti mismo

Una de las cosas que más cuesta a veces es creer en uno mismo. Algunas personas se desaniman fácilmente cuando les ocurre algo negativo pero la clave para triunfar está aceptar nuestros errores y aprender de ellos.Es esta confianza en uno mismo la que nos hace continuar cuando todo el mundo nos dice que estamos equivocados, la que nos lleva por el camino del esfuerzo y finalmente nos lleva a alcanzar nuestro objetivo. Nadie ha conseguido triunfar sin haber dedicado largos años de trabajo, que finalmente se han visto recompensados, y es ahí  cuando finalmente ves que todo el esfuerzo que has dedicado ha valido realmente la pena. Para creer en uno mismo hay que ser un luchador, saber plantarle cara a las dificultades y aún sabiendo que vas a sufrir, jugártelo todo por el todo. Es por esto por los que os dejo este vídeo del estudiantes (para los que no lo sepáis, están en cuartos en la copa del rey)  y sabiendo que lo tienen todo en su contra, sacan este vídeo en el que demuestran su confianza en sí mismos, creyendo en sus posibilidades de ganar.

                  

Jaime A.

Colorín colorado



El otro día me mandaron hacer un trabajo de filosofía sobre un material cualquiera. En un principio pensé en hacerlo sobre una película, El show de Truman, pero como me dí cuenta de que el tema ya estaba algo trillado decidí hacerlo sobre un libro del que había oído hablar llamado “1984”. El caso es que cuando estaba buscando información, me pareció interesante lo que decían del libro, y decidí leérmelo. El libro nos introduce en una sociedad oprimida por un gobierno comunista que domina totalmente al pueblo. Cuando llevaba unos pocos capítulos ya me empezé a imaginar el final: Me imaginaba que finalmente la revolución triunfaría y que el Gran Hermano, el líder del gobierno, sería derrocado. Pero a medida que avanzaba el libro me dí cuenta de que no parecía que fuera a acabar así. Y así fue, el autor juega un poco con el lector creando la ilusión de que el protagonista se une a la revolución. Pero vamos, que al final era todo una farsa y el gobierno le lava completamente el cerebro al protagonista.
Sinceramente, el final me decepcionó un poco ya que no me lo esperaba así. Y ahí fue cuando me di cuenta de lo acostumbrados que estamos la mayoría de las personas de mi edad a los finales “Disney”, dónde todo acaba fenomenal y todo el mundo super contento. Pero nada más lejos de la realidad. Voy a citar una frase que oí por ahí que se contrapone totalmente a estos finales: “un final feliz no es más que un cuento sin acabar.” Los finales felices no existen, son una invención, mera argucia barata para complacer a los ignorantes que prefieren seguir desinformados. He dicho.

viernes, 1 de febrero de 2013

Los buitres

Quería dedicar esta entrada a un personaje que siempre te encuentras en los descansos de cualquier colegio, desde primaria hasta bachillerato: los buitres. Esas personas que todos los días apelan a tu generosidad para que les des un trozo de bocata, aportando argumentos poco convincentes como el "Tío, que no he desayunado" o el también típico "Te dí el otro día" (si, hace tres meses cabrón, y te llevo dando todos los días desde entonces).

Esas personas que llueva o nieve siempre están ahí para intentar mendigar un trozo a cualquiera, y dispuestos a hacer la pelota durante todo el descanso si fuera necesario para conseguirlo. Todos tenemos un amigo buitre de esos, y lo que largos años de tratar con ellos me ha enseñado es que, mientras tengas bocata "You will never walk alone"

Jaime A